Una oferta es una propuesta condicional o un acuerdo realizado por un comprador o un vendedor para comprar o vender un recurso. Las ofertas suelen ser jurídicamente vinculantes, lo que significa que pueden servir de seguro para el trato que se hace.
En otras palabras, una oferta también puede definirse como el acto de ofrecer un producto o servicio para su venta a un consumidor o pujar por algo para comprarlo, en cuyo caso la puja es su oferta.
Las ofertas son cruciales en el mundo de los negocios. Y también existen muchos tipos, cada uno con un conjunto diferente de normas y requisitos adecuados para otros fines o tratos.
Por ejemplo, algunas ofertas pueden venir con un tipo de interés, y otras pueden ser más flexibles en su enfoque.
Veamos los distintos tipos de ofertas y cómo crear una buena.
Los tipos más comunes de ofertas para empresas son los que las marcas crean para sus clientes potenciales.
Estos son algunos ejemplos de ofertas B2C:
Una de las cosas más importantes que puedes hacer en los negocios es aprender a hacer una oferta de valor y asegurarte un gran trato con los clientes potenciales.
Una oferta de valor describe por qué un cliente debería comprar o utilizar tu producto y define el valor que recibirá a cambio. Suele ser breve y genérica. Añadir una propuesta de valor a tu producto o servicio puede ser increíblemente impactante en las primeras fases del proceso de compra.
En última instancia, la prueba de una gran marca es crear un valor original y único que no tiene parangón en el mercado. Es la forma de demostrar a los clientes que tu empresa merece la pena invertir en ella. Por estas razones, debes saber cómo crear una oferta de valor.
Por eso, aquí tienes algunas cosas que debes tener en cuenta.
No tiene sentido intentar decir que eres mejor que otro sin ninguna prueba real, porque cualquiera podría decir lo mismo. Así que, para establecer su lugar en el mercado y convencer a los clientes potenciales de su valor, dé siempre pruebas de ello.
Una forma de hacerlo es mostrar testimonios de tus clientes en tu sitio web. Otra forma es añadir credibilidad a tu declaración de objetivos o al propósito de la marca citando recursos creíbles, como estudios de casos e investigaciones científicas.
Cuanto más valiosa se perciba tu oferta, más impacto tendrá.
Ya sabes a qué problemas se enfrentan tus clientes. Para hacer una oferta que no puedan rechazar, primero debes aprender a conectar y empatizar con ellos. Depende de ti si lo haces a través de campañas de marketing o de contenido digital gratuito, pero la cuestión es establecerte como líder del sector.
Puede que tengas la mejor oferta de valor del mercado, pero es menos probable que instes a la gente a comprometerse con ella si no creas una sensación de urgencia en torno a ella. Por eso, una gran táctica de marketing es desarrollar valores urgentes.
Por ejemplo, puedes ofrecer un descuento pero hacerlo válido sólo durante un período limitado y corto, motivando a los clientes potenciales a actuar lo antes posible.
Anunciar cómo tu propia marca es mejor que la de los competidores es un paso fundamental para mostrar el valor. Pero para llevar a la gente a aceptar tu oferta, también tiene que allanarles un camino claro.
Una vez que las personas conectan con tu producto a través de un plan accionable -unos cuantos pasos fáciles que puedan dar-, será más probable que actúen en consecuencia. Por ejemplo, si organizas un sorteo en un perfil de redes sociales, asegúrate de indicar los pasos exactos que debe seguir una persona para participar.
En general, hay varios tipos de ofertas en el mundo de los negocios, y cada una puede establecerse para lograr un objetivo final único. Los diferentes requisitos y reglas de precios hacen que se puedan utilizar diferentes ofertas para diferentes situaciones. Las ofertas B2C son una práctica de marketing habitual e incluyen ofertas como tarjetas regalo y cupones de fidelización.
Y lo que es más, hacer una oferta de valor es una parte integral del proceso de marketing para cualquier tipo de negocio, por lo que es crucial saber cómo ofrecer un valor real a la gente.