Business-to-Customer o B2C, a menudo contrastado con B2B, es un modelo de ventas en el que una empresa vende sus productos o servicios directamente a los usuarios finales (también conocidos como clientes/consumidores) en lugar de a otra empresa u organización. Por ejemplo, una tienda de ropa al por menor que vende ropa a los clientes que entran en la tienda o en línea es un B2C.
El B2C es una categoría estándar clave de los modelos de venta modernos. La posibilidad de B2C fue utilizada por primera vez por Michael Aldrich en 1979, cuando la televisión era el principal canal de marketing para dirigirse a los clientes. Por aquel entonces, el B2C se centraba principalmente en los centros comerciales, las comidas en restaurantes, las películas de pago y los infomerciales. Pero las cosas cambiaron con el auge de Internet y el marketing digital.
Cualquier empresa que dependa de los tratos B2C debe mantener una excelente relación con sus clientes para garantizar que vuelvan.
A diferencia del negocio entre empresas (B2B), en el que los esfuerzos de marketing suelen utilizarse para exhibir el valor de un producto o servicio, las empresas que dependen del B2C se centran en construir una relación sólida con los clientes, cuyas decisiones de compra no suelen estar tan bien informadas y quizá estén más influidas por factores como el reconocimiento de la marca y el servicio al cliente.
Aparte de esto, puede haber muchos tipos diferentes de B2C. A grandes rasgos, los modelos de B2C se dividen en estas cinco categorías:
Lo más probable es ver en el mercado el modelo de vendedor directo, por el que los productos se compran directamente a los minoristas en línea.
Por otro lado, algo así como un modelo de intermediario online incluiría empresas como Expedia, que conectan a compradores y vendedores.
Y, por último, un ejemplo de modelo de pago sería el de servicios como Netflix, que cobra una cuota de suscripción para transmitir películas y otros contenidos de vídeo.
Entender los tipos de B2C puede ayudarte a comprender mejor este modelo de negocio. Pero ahora, pasemos a ver cómo un modelo de negocio B2C puede beneficiar a tu empresa.
Las conexiones entre empresas y consumidores son la norma para la mayoría de las empresas. Sin embargo, lo que la gente no se da cuenta es que a menudo acaba interponiéndose un canal intermedio que interrumpe esa relación directa.
Así que hay que entender que para mantener esa conexión, hay que conectar con los clientes directamente e invertir tiempo y energía en hacerlo. Si consigues hacerlo con éxito, se te abrirán muchas vías.
Sí, un modelo B2C significa que puedes dirigirte esencialmente a cualquier área, género, edad o tipo de personas que desees. Todo depende de ti. Al permitir que los clientes naveguen y compren a su conveniencia, facilitas la entrada de nuevos clientes.
A través del B2C, puedes asegurarte de que no haya terceros implicados en tu proceso de venta o comercialización. El alcance directo a los consumidores te da la libertad de vender directamente y posicionar tus productos o servicios de la forma que desees.
Por último, tus clientes prefieren una relación directa contigo. Así que, ¿por qué no darles lo que quieren? Dar a los clientes acceso directo a ti les ayudará a sentirse más conectados con tu marca, permitiéndoles hacer preguntas y aumentando tus oportunidades de venta.
En general, un modelo de negocio de empresa a cliente o B2C es una idea excelente si tu negocio es sencillo y quieres tener contacto directo con tus clientes.
Tener la capacidad de influir directamente en tu base de clientes puede hacer maravillas para tus ventas, compromisos y satisfacción de los clientes, lo que te permite recibir una retroalimentación constante, vender tus productos y servicios de manera eficiente, y así evitar cualquiera de los costes adicionales que conlleva que un negocio o empresa intermediario venda tus productos/servicios por ti.